
Se ve que los japoneses valoran no sólo el sabor (increíble, por cierto), sino también el ambiente, la ornamentación, incluso la secuencia en la que los alimentos deben ser ingeridos.
En los bebestibles claramente güateamos. El espectro iba desde la coca-cola hasta la Kunstmann, pasando por un nada más chileno (o peruano), pisco sour. En fin. no podía ser todo tan brusco no?
1 comentario:
esperamos que sea delicioso como dices, invita la casa?
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